ORAR ANTES de comenzar un día de trabajo es una disciplina vital que debemos desarrollar como cristianos. Somos sirvientes de Jesucristo, y por lo tanto deberíamos ofrecerle a Dios todas nuestras acciones como sacrificios. Incluyendo todas las adversidades y luchas que enfrentemos en el cumplimiento de nuestras responsabilidades.
Al ofrecer nuestro trabajo y nuestras luchas, podremos unir nuestros sufrimientos a la Pasión de Cristo. Los ofrecemos al Padre de manera semejante a como Jesus ofreció las suyas para la conversión de los pecadores y la santificación del mundo. Esta práctica nos permitirá también considerarnos afortunados de poder sufrir por Cristo, a como lo hicieron los primeros discípulos en el libro de los Hechos¹ de los Apostoles.
La misión del Cuerpo de Cristo
La misión de los laicos es trabajar en el mundo para traer a cabo el Reino de Dios. El papel de los sacerdotes y ministros de la Iglesia es proporcionarnos guianza para nuestro bienestar espiritual. Pero su misión principal es permitirnos tener la fuerza y la guíanza requerida para salir al mundo y llevar a cabo la voluntad de Dios. Nosotros interactuamos diariamente con el mundo en nuestro trabajo, escuelas, clubes, etc. Es con nuestras acciones diarias allí que debemos evangelizar a través del ejemplo y la instrucción. Debido a que «las acciones hablan más fuerte que las palabras», deberíamos orar antes de empezar a trabajar para pedirle guianza y ayuda a Dios.
A como lo expresaron muy elocuentemente los Obispos de las Filipinas en el 2014:
«Muchos de ustedes son llamados por el Señor para hacer servicio en la Iglesia y para la Iglesia», añadieron. «Tal es el caso de los ministros litúrgicos laicos y los catequistas… Sin embargo, vuestra tarea específica, y la responsabilidad especial que os ha dado el Señor es encontrar vuestra propia santificación en el mundo, y santificar al mundo y transformarlo, para que este mundo se convierta cada vez más en el mundo de Dios, el reino de Dios, donde se hace su voluntad como en el cielo».
Conferencia de los Obispos Católicos de las Filipinas
Ofrecer nuestro trabajo a Dios
Es importante que le ofrezcamos a Dios todo nuestro trabajo y acciones a lo largo de nuestro día. Para ayudarnos a ofrecer nuestro trabajo, la Iglesia ha proporcionado la siguiente oración para ayudarnos a guiar nuestros pensamientos e intenciones en este acto de consagración.
Rezo para que esta práctica de sacrificarle nuestro trabajo a Dios les ayude a lo largo de su Camino a la Rectitud.
Oración antes de comenzar el trabajo
Dirige, oh Señor, nuestras acciones por tus santas inspiraciones, y concédenos que las llevemos a cabo con tu graciosa asistencia, para que cada oración y trabajo comience siempre contigo, y a través de ti termine felizmente.
Amén
Nota:
¹ Hechos 5:41