EL veintinueve de Septiembre del 2016, mientras buscaba la verdadera libertad, encontré el Camino a la rectitud. Acababa de renovar mis votos bautismales a través de la Puerta de la Misericordia de mi templo local. Mientras hacía esto, podía sentir cómo Dios limpiaba mi alma y el nuevo estado de pureza en el cual me encontraba. En contraste con esta felicidad, también sentía aprensión, ya que quería que este estado durara para siempre. Pero sabía que en mi fragilidad, eventualmente caería de nuevo.
Había estado tratando genuinamente de seguir al Señor y obtener la verdadera libertad y realización personal durante dos años. Sin embargo, todavía estaba luchando contra el pecado en mi vida. Así que, en mi corazón, le pedí al Señor que me ayudara a vivir una vida de pureza, para poder encontrar la verdadera libertad y la realización personal, y nunca perder ese nivel de unión con Él que estaba sintiendo en ese momento.
Encontrar orientación
Esa noche de septiembre, fui a dar comida a los desamparados en mi ciudad natal de Grecia, Costa Rica. Mientras estaba allí, conocí a una señora llamada Marta Alpizar. Es una mujer llena del Espíritu que tiene toda una vida de experiencia de caminar con el Señor. Los dos sentimos que teníamos que hablar entre nosotros y así comenzó una conversación que cambiaría mi vida. Durante nuestra discusión, Marta le inspiró el Espíritu Santo enseñarme una lección, que había recibido del Señor varias décadas antes, para permitirme caminar por ese camino y así poder mostrarlo a los demás.
El Camino a la Rectitud
La lección que Marta me enseñó es el Camino a la Rectitud. El Camino es una guía que esboza un claro camino cristiano de conversión, que estoy usando como la base para este Blog. En los articulos, estaré proporcionando los ejercicios y enseñanzas que he aprendido mientras camino por este camino y proporcionaré actualizaciones a como continúe avanzando a lo largo del Camino a la Rectitud.
Puedo atestiguar que encontrar la Camino a la Rectitud ha sido una de las mayores gracias que el Señor me ha concedido.
Ruego que el Señor les proporcione bendiciones aún mayores que las que yo ya he visto en mi vida.