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Enseñanzas

Cómo rezar: Utilizando el Padre Nuestro

LA oración del Señor, también conocido como el Padre Nuestro, es la oración que Jesús le enseñó a sus discípulos para mostrarles cómo rezar ¹ y relacionarse apropiadamente con Dios. Como tal, es la base de todas las formas de oración cristiana y la razón por la cual podemos usar el Padre Nuestro para enriquecer nuestra vida de oración.

El Padre Nuestro expresa todas las enseñanzas centrales de Jesús. Esboza las creencias fundamentales sobre Dios y su relación con nosotros, así como con la forma en que se supone que debemos comportamos y relacionarnos con Dios y otras personas como discípulos de Cristo.

El Padrenuestro tiene varias secciones relevantes que podemos usar como la estructura básica para llevar a cabo nuestras oraciones con Dios. A continuación detallaré cómo podemos usar la oración del Señor para ayudarnos a rezar.

Estructura de la oración

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre.

La oración comienza estableciendo que Dios es nuestro Padre celestial a través de Cristo por medio del Espíritu Santo.Dios nos ha adoptado como sus hijos y ahora podemos participar en la comunión de la Trinidad. Que luego seguimos con alabanza a Dios y a su santidad.

En la oración personal, podemos empezar por recordár quién es Dios y cual es nuestra relación con Él como sus hijos a través de Cristo. Podemos entonces proceder a adorarlo. Agradecerle a Dios por sus bendiciones es una excelente manera de adorarlo.

Venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.

Aquí expresa el mensaje central del evangelio. Que a través de Cristo, su Reino ha llegado y se está materializando en la tierra a través de su Iglesia, el cuerpo de Cristo. Al seguir la senseñanzas y mandamientos de Jesús, los cristianos se someten a y llevan a cabo la voluntad de Dios en la tierra. De manera semejante a como lo hacen sus ángeles y santos en el cielo. Cumplir la voluntad de Dios, a su vez, es como nosotros los cristianos estamos estableciendo el reino de Dios aquí en la tierra.

En la oración personal, le podemos pedir a Dios ayuda para entender su voluntad en nuestras vidas y someternos a su voluntad. También podemos pedirle ayuda para seguir desarrollando nuestra conversión a la santidad, especialmente en aquellas áreas en las que estamos luchando por desarrollar virtudes particulares.

Danos hoy nuestro pan de cada día

Esta sección expresa nuestra confianza en Dios para proveer nuestras necesidades. De manera similar a como un niño depende y confía en sus padres para mantenerlo.

En la oración personal, podemos mencionar nuestras peticiones a Dios, ya sea por necesidades individuales o por el bienestar de los demás. Después de esto, podemos agradecerle por su ayuda, confiando en que es un Padre fiel y bueno y que siempre nos proveerá.

Y perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden.

Aquí Jesús deja claro que Dios nos perdonará nuestras ofensas o pecados. Pero deja claro que también debemos perdonar a los demás para poder entrar en la Esencia de Dios. Debemos perdonar porque debemos imitar el perdón de Dios para poder revestirnos de su carácter. Al volvernos como Él, seremos capaces de entrar en plena comunión con el Padre por medio del Espíritu Santo a través de Jesús.

En la oración personal, podemos hacer una pausa y perdonar y bendecir a cualquiera con quien estemos enojados o tengamos resentimiento. Después de esto, podemos proceder a revisar nuestros pecados y faltas y pedirle a Dios que nos perdone por ellos. También le pedimos que nos ayude a arrepentirnos y a cambiar nuestro comportamiento y a reparar, cuando sea posible, cualquier daño que hayamos causado a otros.

Y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.

En esta sección, Jesús incluye una verdad fundamental sobre Dios y su adversario, el diablo, que Jesús revela en el Nuevo Testamento como la fuente de todo mal. Dios no tienta, sólo es bueno, a como se establece claramente en Santiago ². Sólo hay un tentador, Satanás, el adversario. Nuestros adversarios son ángeles caídos arrojados del cielo y que ahora están en la tierra con los humanos. Los llamamos ángeles caídos porque aunque fueron creados buenos, eligen rechazar a Dios y no se someten a su voluntad. Estos ángeles caídos, o demonios, engañan a los humanos para que se sometan a ellos inspirando malos deseos y pensamientos dentro de nosotros. Tentan a los humanos externamente creando pruebas y adversidades en nuestras vidas. También nos tientan internamente atrayéndonos a actos malignos a través de impulsos impuros en nuestros corazones.

Liberación del mal

Debemos entender que Dios no está creando estas situaciones de tentación para comprender adecuadamente esta sección del Padre Nuestro. Aquí, Jesús nos instruye a recurrir a Dios para la protección del mal. Ya sea internamente dentro de nuestros corazones o externamente a través de pruebas y adversidades. Sin embargo, Jesús primero reconoce que Dios puede permitir o incluso guiarnos a entrar en estas situaciones. Lo cual Dios hace para que podamos proceder a VENCER y CONQUISTAR al enemigo. En estas situaciones, seguimos el ejemplo de Cristo. Como cuando el Espíritu Santo lo llevó al desierto para enfrentar al diablo y vencerlo. O cómo Jesús continuó venciendo al diablo y a la tentación durante todo su ministerio, hasta su victoria final a través de su crucifixión y gloriosa resurrección.

Soldados en el Ejército de Dios

A menudo olvidamos que somos soldados dentro del ejército de Dios. Somos soldados en la línea de frente de una guerra que se está librando para la salvación final de la humanidad y la creación. Como tal, tendremos que enfrentarnos a desafíos para establecer su reino aquí en la tierra. La tentación, ya sea interna o externa, sólo terminará a nivel personal cuando nos unamos a Cristo en el cielo; y dentro de la creación en la segunda venida de Cristo. Cuando Él eliminará el mal y la impureza de la creación para toda la eternidad.

Aplicación en la oración personal

Basándonos en lo anterior, en la oración personal, hacemos lo que Jesús nos instruyó. Le pedimos al Padre que nos libre del mal interno y externo. La liberación de Dios incluirá purgarnos de nuestros pensamientos y deseos impuros, librándonos en lo posible de las tentaciones internas y externas, así como darnos la fuerza para superar la tentación si ésta se presenta.

Utilizando el Padre Nuestro

Usando la estructura anterior, podemos estructurar eficientemente un diálogo profundo y enriquecedor con nuestro Padre, donde no nos centramos sólo en nuestras necesidades sino en nuestra relación con Dios y otras personas. Cuando empiece a usar el Padrenuestro, le recomiendo que escriba las secciones de la oración. De esta manera, podrá usarlo como guía mientras rezas. Después de un tiempo, se acostumbrará a rezar de esta manera y podrá hacerlo sin tener que consultar la guía, simplemente recordando al Padre Nuestro.

Personalmente he encontrado que esto también enriquecerá nuestra experiencia de la oración del Padre Nuestro cuando sólo la rezas usando el texto tradicional, por ejemplo, en un Rosario. Nuestras mentes se centrarán automáticamente en cada una de las secciones a como las hayas practicado usando esta estructura de oración. Este enfoque hará que la oración sea muy enriquecedora, incluso cuando sólo se repita el texto tradicional. Rezar de esta manera, siguiendo las enseñanzas de nuestro Señor, le ayudará profundamente a lo largo de su Camino a la Rectitud.

Rezo para que esto mejore profundamente su vida de oración, ayudándole a construir una fuerte relación con el Padre.

Notas:

¹ Como se menciona en Mateo 6:9-13 y Lucas 11:2-4.

Como se menciona en Santiago 1:2-4 y Santiago 1:12-18. Aquí Santiago explica cómo debemos enfrentarnos a la tentación y explica su origen. Una nota interesante es que la misma palabra del texto original de Santiago traducida como pruebas en el versículo 2 es la misma palabra para tentación en el versículo 12. El uso de la misma palabra ayuda a revelar el mismo origen y propósito. Lo que significa que son actos del enemigo para tratar de separarnos de Dios y evitar que nos sometamos a su voluntad. Lo cual hacen para que podamos enfrentar el mismo castigo que los demonios.

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